Solemnidad
Blanco
LA EPIFANÍA DEL SEÑOR
Domingo
4 de enero
Misa del día
Miren
que ya viene el Señor todopoderoso; en su mano están el reino, la potestad y el
imperio.
Se dice Gloria.
ORACIÓN
COLECTA
Señor
Dios, que en este día manifestaste a tu Unigénito a las naciones, guiándolas
por la estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe, que lleguemos a
contemplar la hermosura de tu excelsa gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
PRIMERA
LECTURA
La
gloria del Señor alborea sobre ti.
Del
libro del profeta Isaías: 60, 1-6
Levántate
y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor
alborea sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve
a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su
gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes, al resplandor de tu aurora.
Levanta
los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de
lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces verás esto radiante de
alegría; tu corazón se alegrará, y se ensanchará, cuando se vuelquen sobre ti
los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una
multitud de camellos y dromedarios, procedentes de Madián y de Efá. Vendrán
todos los de Sabá trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del
Señor.
Palabra
de Dios.
SALMO
RESPONSORIAL Del salmo 71
R. Que
te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica,
Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes; así tu siervo
saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. R.
Florecerá
en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se
extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R.
Los
reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán
todos los reyes y todas las naciones. R.
Al
débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se
apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. R.
SEGUNDA
LECTURA
También
los paganos participan de la misma herencia que nosotros.
De
la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 3, 2-3. 5-6
Hermanos:
Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de
ustedes. Por revelación se me dio a conocer este designio secreto, que no había
sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora
por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que por el
Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros
del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo.
Palabra
de Dios.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Mt 2, 2
R. Aleluya,
aleluya.
Hemos
visto su estrella en el oriente y hemos venido a adorar al Señor. R.
EVANGELIO
Hemos
venido de oriente para adorar al rey de los judíos.
Del
santo Evangelio según san Mateo: 2, 1-12
Jesús
nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de oriente
llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos
que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.
Al
enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él.
Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les
preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de
Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres
en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti
saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.
Entonces
Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que
se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a
averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme
para que yo también vaya a adorarlo”.
Después
de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que
habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde
estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría.
Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo
adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y
mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a
su tierra por otro camino.
Palabra del Señor
Se dice Credo.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Mira
con bondad, Señor, los dones de tu Iglesia, que no consisten ya en oro,
incienso y mirra, sino en lo que por esos dones se representa, se inmola y se
recibe como alimento, Jesucristo, Señor nuestro. Él, que vive y reina por los
siglos de los siglos.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 2, 2
Hemos
visto su estrella en el Oriente y venimos con regalos a adorar al Señor.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te
pedimos, Señor, que tu luz celestial siempre y en todas partes vaya guiándonos,
para que contemplemos con ojos puros y recibamos con amor sincero el misterio
del que quisiste hacernos partícipes. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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