Solemnidad
Blanco
LA EPIFANÍA DEL SEÑOR
Domingo
4 de enero
Misa vespertina de la vigilia
Tomado de http://www.revistaecclesia.com/ |
ANTÍFONA
DE ENTRADA Cfr. Bar
5, 5
Levántate,
Jerusalén, mira hacia oriente y contempla a tus hijos reunidos desde donde sale
el sol hasta el ocaso.
Se dice Gloria.
ORACIÓN
COLECTA
Te
rogamos, Señor, que ilumine nuestros corazones el esplendor de tu majestad,
para que, venciendo las tinieblas de nuestro mundo, lleguemos a la patria de la
eterna claridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA
LECTURA
La
gloria del Señor alborea sobre ti.
Del
libro del profeta Isaías: 60, 1-6
Levántate
y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor
alborea sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve
a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su
gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes, al resplandor de tu aurora.
Levanta
los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de
lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces verás esto radiante de
alegría; tu corazón se alegrará, y se ensanchará, cuando se vuelquen sobre ti
los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una
multitud de camellos y dromedarios, procedentes de Madián y de Efá. Vendrán
todos los de Sabá trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del
Señor.
Palabra
de Dios.
SALMO
RESPONSORIAL Del salmo 71
R. Que
te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica,
Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes; así tu siervo
saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. R.
Florecerá
en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se
extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R.
Los
reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán
todos los reyes y todas las naciones. R.
Al
débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se
apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. R.
SEGUNDA
LECTURA
También
los paganos participan de la misma herencia que nosotros.
De
la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 3, 2-3. 5-6
Hermanos:
Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de
ustedes. Por revelación se me dio a conocer este designio secreto, que no había
sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora
por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que por el
Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros
del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo.
Palabra
de Dios.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Mt 2, 2
R. Aleluya,
aleluya.
Hemos
visto su estrella en el oriente y hemos venido a adorar al Señor. R.
EVANGELIO
Hemos
venido de oriente para adorar al rey de los judíos.
Del
santo Evangelio según san Mateo: 2, 1-12
Jesús
nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de oriente
llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos
que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.
Al
enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él.
Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les
preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de
Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres
en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti
saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.
Entonces
Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que
se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a
averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme
para que yo también vaya a adorarlo”.
Después
de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que
habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde
estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría.
Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo
adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y
mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a
su tierra por otro camino.
Palabra del Señor
Se dice Credo.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe,
Señor, nuestros dones en la manifestación de tu Unigénito a los pueblos
paganos, de manera que podamos ofrecerte nuestra alabanza y alcanzar la
salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN Cfr. Apoc 21, 23
La
claridad de Dios ilumina la ciudad santa de Jerusalén, a esa luz caminan las
naciones.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados,
Señor, por estos sagrados alimentos, imploramos tu misericordia, para que la
estrella de tu justicia resplandezca siempre en nuestra vida y sea nuestro
tesoro la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.
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