Morado
5 de diciembre
Viernes I de Adviento
ANTÍFONA DE ENTRADA
El
Señor vendrá con esplendor a visitar a su pueblo, para traerle la paz y la vida
eterna.
ORACIÓN COLECTA
Extiende,
Señor Jesucristo, tu poder y ven, para que merezcamos que con tu protección nos
libres y nos salves de los peligros que nos amenazan a causa de nuestros
pecados. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y
eres Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
En aquel día los ojos de los
ciegos se abrirán.
Del libro del profeta
Isaías: 29, 17-24
Esto
dice el Señor: “¿Acaso no está el Líbano a punto de convertirse en un vergel y
el vergel en un bosque? Aquel día los sordos oirán las palabras de un libro;
los ojos de los ciegos verán sin tinieblas ni oscuridad; los oprimidos volverán
a alegrarse en el Señor y los pobres se gozarán en el Santo de Israel; porque
ya no habrá opresores y los altaneros habrán sido exterminados. Serán
aniquilados los que traman iniquidades, los que con sus palabras echan la culpa
a los demás, los que tratan de enredar a los jueces y sin razón alguna hunden
al justo”.
Esto
dice a la casa de Jacob el Señor que rescató a Abraham: “Ya no se avergonzará
Jacob, ya no se demudará su rostro, porque al ver mis acciones en medio de los
suyos, santificará mi nombre, santificará al Santo de Jacob y temerá al Dios de
Israel. Los extraviados de espíritu entrarán en razón y los inconformes
aceptarán la enseñanza”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Del
salmo 26
R/. El Señor es
mi luz y mi salvación.
El
Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la
defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? R/.
Lo
único que pido, lo único que busco, es vivir en la casa del Señor toda mi vida,
para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia. R/.
La
bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y
en el Señor confía. R/.
ACLAMACIÓN ANTES
DEL EVANGELIO
R/. Aleluya,
aleluya.
Ya
viene el Señor, nuestro Dios, con todo su poder para iluminar los ojos de sus
hijos. R/.
EVANGELIO
Quedaron curados dos ciegos
que creyeron en Jesús.
Del
santo Evangelio según san Mateo: 9, 27-31
Cuando
Jesús salía de Cafarnaúm, lo siguieron dos ciegos, que gritaban: “¡Hijo de
David, compadécete de nosotros!”. Al entrar Jesús en la casa, se le acercaron
los ciegos y Jesús les preguntó: “¿Creen que puedo hacerlo?”. Ellos le
contestaron: “Sí, Señor”. Entonces les tocó los ojos, diciendo: “Que se haga en
ustedes conforme a su fe”. Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió
severamente: “Que nadie lo sepa”. Pero ellos, al salir, divulgaron su fama por
toda la región.
Palabra del
Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS
OFRENDAS
Que
te sean agradables, Señor, nuestras humildes súplicas y ofrendas, y puesto que
no tenemos merecimientos en qué apoyarnos, socórranos el poderoso auxilio de tu
benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Cfr. Flp 3, 20-21
Esperamos
como salvador a Jesucristo, el Señor; él transformará nuestro cuerpo frágil en
cuerpo glorioso como el suyo.
ORACIÓN DESPUÉS DE
LA COMUNIÓN
Saciados
por el alimento que nutre nuestro espíritu, te rogamos, Señor, que, por nuestra
participación en estos misterios, nos enseñes a valorar sabiamente las cosas de
la tierra y a poner nuestro corazón en las del cielo. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
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