Morado
IV
DOMINGO DE ADVIENTO
21 de diciembre
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 45, 8
Cielos,
destilen el rocío; nubes, lluevan la salvación; que la tierra se abra, y
germine el Salvador.
No se dice Gloria.
Te pedimos, Señor, que infundas tu gracia en nuestros corazones, para que, habiendo conocido, por el anuncio del ángel, la encarnación de tu Hijo, lleguemos, por medio de su pasión y de su cruz, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
El reino de David permanecerá para siempre en
presencia del Señor.
Del
segundo libro de Samuel: 7, 1-5. 8-12. 14. 16
Tan
pronto como el rey David se instaló en su palacio y el Señor le concedió
descansar de todos los enemigos que lo rodeaban, el rey dijo al profeta Natán:
“¿Te has dado cuenta de que yo vivo en una mansión de cedro, mientras el arca
de Dios sigue alojada en una tienda de campaña?”. Natán le respondió: “Anda y
haz todo lo que te dicte el corazón, porque el Señor está contigo”.
Aquella
misma noche habló el Señor a Natán y le dijo: “Ve y dile a mi siervo David que
el Señor le manda decir esto: ‘¿Piensas que vas a ser tú el que me construya
una casa, para que yo habite en ella? Yo te saqué de los apriscos y de andar
tras las ovejas, para que fueras el jefe de mi pueblo, Israel. Yo estaré
contigo en todo lo que emprendas, acabaré con tus enemigos y te haré tan famoso
como los hombres más famosos de la tierra.
Le
asignaré un lugar a mi pueblo, Israel; lo plantaré allí para que habite en su
propia tierra. Vivirá tranquilo y sus enemigos ya no lo oprimirán más, como lo
han venido haciendo desde los tiempos en que establecí jueces para gobernar a
mi pueblo, Israel. Y a ti, David, te haré descansar de todos tus enemigos.
Además,
yo, el Señor, te hago saber que te daré una dinastía; y cuando tus días se
hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo,
sangre de tu sangre, y consolidaré su reino. Yo seré para él un padre y él será
para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu
trono será estable eternamente’”.
Palabra de Dios.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 88
R/. Proclamaré
sin cesar la misericordia del Señor.
Proclamaré
sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es
eterna, pues el Señor ha dicho: “Mi amor es para siempre y mi lealtad, más
firme que los cielos. R/.
Un
juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido:
‘Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono eternamente’. R/.
Él me
podrá decir: ‘Tú eres mi padre, el Dios que me protege y que me salva’. Yo
jamás le retiraré mi amor, ni violaré el juramento que le hice”. R/.
SEGUNDA LECTURA
Se ha revelado el misterio oculto durante
siglos.
De la
carta del apóstol san Pablo a los romanos: 16, 25-27
Hermanos:
A aquel que puede darles fuerzas para cumplir el Evangelio que yo he
proclamado, predicando a Cristo, conforme a la revelación del misterio,
mantenido en secreto durante siglos, y que ahora, en cumplimiento del designio
eterno de Dios, ha quedado manifestado por las Sagradas Escrituras, para atraer
a todas las naciones a la obediencia de la fe, al Dios único, infinitamente
sabio, démosle gloria, por Jesucristo, para siempre. Amén.
Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 1, 38
R/. Aleluya,
aleluya.
Yo
soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho. R/.
EVANGELIO
Concebirás
y darás a luz un hijo.
Del
santo Evangelio según san Lucas: 1, 26-38
En
aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David,
llamado José. La virgen se llamaba María.
Entró
el ángel a donde ella estaba y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor
está contigo”. Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba
qué querría decir semejante saludo.
El
ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a
concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y
será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su
padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no
tendrá fin”.
María
le dijo entonces al ángel: “¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?”.
El ángel le contestó: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti,
será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su
vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril,
porque no hay nada imposible para Dios”. María contestó: “Yo soy la esclava del
Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho”. Y el ángel se retiró de su
presencia.
Palabra del Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que
santifique, Señor, estos dones, colocados en tu altar, el mismo Espíritu Santo
que fecundó con su poder el seno de la bienaventurada Virgen María. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Is 7, 14
Miren:
la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien le pondrá el nombre de
Emmanuel.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo
recibido esta prenda de redención eterna, te rogamos, Dios todopoderoso, que,
cuanto más se acerca el día de la festividad que nos trae la salvación, con
tanto mayor fervor nos apresuremos a celebrar dignamente el misterio del
nacimiento de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
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