Morado
Martes III de Adviento
16 de diciembre
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Zac 14, 5. 7
Vendrá el Señor, mi Dios, y con él, todos sus santos; y brillará en aquel día una gran luz.
ORACIÓN COLECTA
Señor
Dios, que por gracia de tu Unigénito nos convertiste en una nueva creatura,
contempla benignamente la obra de tu misericordia y, por la venida de tu Hijo,
purifícanos de toda mancha de pecado. Él, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Se promete a todos los pobres la salvación por
medio del Mesías.
Del
libro del profeta Sofonías: 3, 1-2. 9-13
“¡Ay
de la ciudad rebelde y contaminada, de la ciudad potente y opresora! No ha
escuchado la voz, ni ha aceptado la corrección. No ha confiado en el Señor, ni
se ha vuelto hacia su Dios.
Pero
hacia el fin daré otra vez a los pueblos labios puros, para que todos invoquen
el nombre del Señor y lo sirvan todos bajo el mismo yugo.
Desde
más allá de los ríos de Etiopía, hasta las últimas regiones del norte, los que
me sirven me traerán ofrendas.
Aquel
día no sentirás ya vergüenza de haberme sido infiel, porque entonces yo quitaré
de en medio de ti a los orgullosos y engreídos, y tú no volverás a
ensoberbecerte en mi monte santo.
Aquel
día, dice el Señor, yo dejaré en medio de ti, pueblo mío, un puñado de gente
pobre y humilde. Este resto de Israel confiará en el nombre del Señor. No
cometerá maldades ni dirá mentiras; no se hallará en su boca una lengua
embustera. Permanecerán tranquilos y descansarán sin que nadie los moleste”.
Palabra de
Dios.
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 33
R/. El Señor
escucha el clamor de los pobres.
Bendeciré
al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso
del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.
Confía
en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el
Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias. R/.
En
contra del malvado está el Señor, para borrar de la tierra su recuerdo.
Escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. R/.
El
Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Salva el
Señor la vida de sus siervos; no morirán quienes en él esperan. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
Ven,
Señor, no te tardes; ven a perdonar los delitos de tu pueblo. R/.
EVANGELIO
Vino
Juan y los pecadores sí le creyeron.
Del
santo Evangelio según san Mateo: 21, 28-32
En
aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
“¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y le
ordenó: ‘Hijo, ve a trabajar hoy en la viña’. Él le contestó: ‘Ya voy, señor’,
pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Éste le respondió:
‘No quiero ir’, pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del
padre?”. Ellos le respondieron: “El segundo”.
Entonces
Jesús les dijo: “Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas se les han
adelantado en el camino del Reino de Dios. Porque vino a ustedes Juan, predicó
el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los publicanos y las
prostitutas sí le creyeron; ustedes, ni siquiera después de haber visto, se han
arrepentido ni han creído en él”.
Palabra del
Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes súplicas y ofrendas, y puesto que no tenemos merecimientos en qué apoyarnos, socórranos el poderoso auxilio de tu benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. 2 Tim 4, 8Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes súplicas y ofrendas, y puesto que no tenemos merecimientos en qué apoyarnos, socórranos el poderoso auxilio de tu benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
El
Señor, justo juez, dará la corona merecida a todos los que esperan con amor su
venida gloriosa.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados
por el alimento que nutre nuestro espíritu, te rogamos, Señor, que, por nuestra
participación en estos misterios, nos enseñes a valorar sabiamente las cosas de
la tierra y a poner nuestro corazón en las del cielo. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
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