Blanco
Martes
30 de diciembre
Sexto día dentro de la octava de Navidad
ANTÍFONA DE ENTRADA Sab 18, 14-15
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, que, viéndonos sujetos a la
antigua esclavitud bajo el yugo del pecado, nos libere el nuevo nacimiento
según la carne de tu Unigénito. Él, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
El que hace la voluntad de Dios tiene vida
eterna.
De la primera carta del apóstol san Juan: 2, 12-17
Les escribo a ustedes, hijitos, porque han sido perdonados
sus pecados en el nombre de Jesús. Les escribo a ustedes, padres, porque
conocen al que existe desde el principio. Les escribo a ustedes, jóvenes,
porque han vencido al demonio. Les he escrito a ustedes, hijitos, porque
conocen al Padre. Les he escrito a ustedes, padres, porque conocen al que
existe desde el principio. Les he escrito a ustedes, jóvenes, porque son
fuertes y la palabra de Dios permanece en ustedes y han vencido al demonio.
No amen al mundo ni lo que hay en él. Si alguno ama al
mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo: las
pasiones desordenadas del hombre, las curiosidades malsanas y la arrogancia del
dinero, no vienen del Padre, sino del mundo. El mundo pasa y sus pasiones
desordenadas también. Pero el que hace la voluntad de Dios tiene vida eterna.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 95
Alaben al Señor, pueblos del orbe, reconozcan su gloria y
su poder y tribútenle honores a su nombre. R/.
Ofrézcanle en sus atrios sacrificios. Caigamos en su templo
de rodillas. Tiemblen ante el Señor los atrevidos. R/.
“Reina el Señor”, digamos a los pueblos. Él afianzó con su
poder el orbe, gobierna a las naciones con justicia. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
Un día sagrado ha brillado para nosotros. Vengan, naciones,
y adoren al Señor, porque hoy ha descendido una gran luz sobre la tierra. R/.
EVANGELIO
Ana hablaba del niño a los que aguardaban la
liberación de Jerusalén.
Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 36-40
En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel,
de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete
años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo
ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. (Cuando José y
María entraban en el templo para la presentación del niño,) Ana se acercó,
dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la
liberación de Jerusalén.
Una vez que José y María cumplieron todo lo que prescribía
la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba
creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba
con él.
Palabra del Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta benignamente, Señor, los dones de tu pueblo, para
que recibamos, por este sacramento celestial, aquello mismo que el fervor de
nuestra fe nos mueve a proclamar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 1, 16
De su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que nos unes a ti al permitirnos participar en
tus sacramentos, realiza su poderoso efecto en nuestros corazones, y que la
misma recepción de este don tuyo nos haga más dignos de seguirlo recibiendo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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