Feria
Morado
MARTES SANTO
31
de marzo
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 26, 12
No me
entregues, Señor, al odio de los que me persiguen, pues han surgido contra mí
testigos falsos, que respiran violencia.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos,
Dios todopoderoso y eterno, celebrar de tal modo los sacramentos de la pasión
del Señor, que nos hagamos dignos de recibir tu perdón. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Te convertiré en luz de las naciones, para
que llegue mi salvación hasta los últimos rincones de la tierra.
Del libro
del profeta Isaías: 49, 1-6
Escúchenme,
islas; pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el vientre de mi
madre; cuando aún estaba yo en el seno materno, él pronunció mi nombre.
Hizo de mi
boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano, me hizo flecha puntiaguda,
me guardó en su aljaba y me dijo: “Tú eres mi siervo, Israel; en ti manifestaré
mi gloria”. Entonces yo pensé: “En vano me he cansado, inútilmente he gastado
mis fuerzas; en realidad mi causa estaba en manos del Señor, mi recompensa la
tenía mi Dios”.
Ahora habla
el Señor, el que me formó desde el seno materno, para que fuera su servidor,
para hacer que Jacob volviera a él y congregar a Israel en torno suyo –tanto
así me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza–. Ahora, pues, dice el Señor: “Es
poco que seas mi siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a
los sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en luz de las naciones, para
que mi salvación llegue hasta los últimos rincones de la tierra”.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 70
R. En ti, Señor, he puesto mi esperanza.
Señor, tú
eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado. Tú, que eres justo,
ayúdame y defiéndeme; escucha mi oración y ponme a salvo. R.
Sé para mí
un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y pues eres mi auxilio y mi
defensa, líbrame, Señor, de los malvados. R.
Señor, tú
eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío. Desde que estaba en el seno
de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me sostenías. R.
Yo
proclamaré siempre tu justicia y a todas horas, tu misericordia. Me enseñaste a
alabarte desde niño y seguir alabándote es mi orgullo. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Señor
Jesús, rey nuestro, para obedecer al Padre, quisiste ser llevado a la cruz como
manso cordero al sacrificio. R.
EVANGELIO
Uno de ustedes me entregará. No cantará el
gallo antes de que me hayas negado tres veces.
Del santo
Evangelio según san Juan: 13, 21-33. 36-38
En aquel
tiempo, cuando Jesús estaba a la mesa con sus discípulos, se conmovió profundamente
y declaró: “Yo les aseguro que uno de ustedes me va a entregar”. Los discípulos
se miraron perplejos unos a otros, porque no sabían de quién hablaba. Uno de
ellos, al que Jesús tanto amaba, se hallaba reclinado a su derecha. Simón Pedro
le hizo una seña y le preguntó: “¿De quién lo dice?”. Entonces él, apoyándose
en el pecho de Jesús, le preguntó: “Señor, ¿quién es?”. Le contestó Jesús:
“Aquel a quien yo le dé este trozo de pan, que voy a mojar”. Mojó el pan y se
lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote; y tras el bocado, entró en él
Satanás.
Jesús le
dijo entonces a Judas: “Lo que tienes que hacer, hazlo pronto”. Pero ninguno de
los comensales entendió a qué se refería; algunos supusieron que, como Judas
tenía a su cargo la bolsa, Jesús le había encomendado comprar lo necesario para
la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el bocado, salió
inmediatamente. Era de noche.
Una vez que
Judas se fue, Jesús dijo: “Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios
ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también Dios lo
glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará.
Hijitos,
todavía estaré un poco con ustedes. Me buscarán, pero como les dije a los
judíos, así se lo digo a ustedes ahora: ‘A donde yo voy, ustedes no pueden ir’
”. Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿a dónde vas?”. Jesús le respondió: “A donde yo
voy, no me puedes seguir ahora; me seguirás más tarde”. Pedro replicó: “Señor,
¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti”. Jesús le contestó:
“¿Conque darás tu vida por mí? Yo te aseguro que no cantará el gallo, antes de
que me hayas negado tres veces”.
Palabra del Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con bondad,
Señor, las ofrendas de esta familia tuya y, ya que la hiciste partícipe de tus
sagrados dones, concédele obtener plenamente su fruto. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rom
8, 32
Dios no
escatimó la vida de su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados
por estos dones de salvación, suplicamos, Señor, tu misericordia, para que este
Sacramento, que nos nutre en nuestra vida temporal, nos haga partícipes de la
vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO Opcional.
Dios y
Padre nuestro, al pueblo que quiere obedecerte, purifícalo de la antigua maldad
por tu misericordia y hazlo capaz de una santa renovación. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario